Saturday, August 23, 2008

Un charco

A medio día, a las doce en punto salió Juan de su casa a todo correr. Le gritó a su mamá justo cuando estaba cruzando la puerta que iba a ir al jardín de Pedro a ver algo realmente increíble. La madre no pudo hacer más que soltarle una sonrisa y aconsejarle que no regresara muy tarde. Luego de tres cuadras a todo correr, el niño de nueve años y medio llegó a la casa de su amigo, tocó la puerta y en cuanto le abrieron entró como bólido hasta pisar el pasto del jardín. Se quitó los zapatos como pudo y saludó a Pedro jadeando y temblando de la emoción.
-¡¿Qué es?!
- ¡Sh! Los vas a asustar, mira en el charco que se hizo hace un mes.
-¡Está bien grande!
-Ya sé, no sé como le cabe tanta algua al pasto. Dice mi mamá que lo quiere sacar para que no se mueran las plantas, pero yo digo que mejor lo deje así. Mira, mete los pies y ven a donde estoy yo.
-¡Ay! ¡Está bien fría!
-No seas niña, mira, cállate para que pongas más atención.
-¿Es eso que se mueve?
-Sí, míralos más de cerca. Hace poquitos días no estaban, yo creo que salieron del pasto que está abajo, porque no había nada hace dos días. Yo estoy aqui todos los días y no vi nada.
-¡Ya los ví! ¿Qué son?
-Mi mamá dice que son ranas bebés, pero no parecen. Son más bien como peces cabezones. Hay unos que tienen puntitos. Y son bien rápidos, no se dejan agarrar.
-¡Hay que atrapar uno!
-¡No! Que tal que nos pica, mi mamá nos castiga.
-¿Me dejas llevarme uno? En un vaso de plástico, ¡ándale!
-Bueno, uno sí. Pero solamente uno.
Estuvieron los dos niños metidos en el charco, persiguiéndo a las extrañas criaturas que ahora vivían en el jardín de Pedro hasta que fue la hora de la comida. Juan se puso de nuevo sus zapatos, agradeció a la madre de su amigo y con un vasito de plástico lleno de agua en una mano y en la otra una galleta regresó a su casa, con mucho cuidado para no derramar ni una sola gota del agua verdosa que ahora se convertiría en su nueva mascota.

2 comments:

Pistorius said...

snifff... siempre quise tener una rana o un perro de mascota. Lo único que llegué a tener fue un gorrion que después fue deborado por el perro de la vecina.

Ya no podré dormir.

Anonymous said...

¡qué lindos chamacos! ojalá que sus ranas crezcan lindas y muy verdes, un besote.