Decía tantas cosas lindas, pero finalmente el jardín se marchitó sin remedio alguno. Poco a poco se cerró la oxidada puertita de la reja con un leve rechinido. La princesa respiró hondo, no pudo llorar- sus lágrimas se habían acabado- y en el tiempo que duró ese suspiro recordó a aquel caballero y con el corazón encojido se durmió dentro de aquél caparazón anaranjado para esperar ser despertada como en los cuentos: con un beso de verdadero amor.
Cuestiones fundamentales
4 years ago
No comments:
Post a Comment