Saturday, June 09, 2007

Y las tinieblas llegaron

Brucilla, temblando, cerró los ojos frente a su espejo de plata, en una mano empuñaba la pluma negra y con la otra buscó desesperadamente los helados dedos de su Maestro, pero ahí no estaba. Abrió lentamente los párpados y trató de gritar al ver su reflejo en el espejo; su mirada se ensombrecía como si un polvo carbonoso la pintara poco a poco... las tinieblas de las que habían hablado antes llegaron.

1 comment:

Jackie A. said...

wow... profundo, hon... que lindas estan estas dos entradas. Keep it up! Tq