Saturday, July 11, 2009

Como dicen todos

"Después de la tormenta viene la calma", efectivamente, dicen todos (las madres, los padres, las abuelas, los abuelos, las hermanas, los hermanos, las maestras, los maestros, las revistas, los libros...). ¡Y qué manera de llover! Las nubes ennegrecidas se llevaron la luz de la noche y la iban soltando de a poco con risotadas estremecedoras. Cayeron gotas pequeñas, luego unas mucho más gruesas, después las que parecen no cesar y, finalmente, granizó. Con toda esa agua cayendo era imposible no sentir los huesos tiritar de frío. Amaneció y seguía lloviendo. Pasó la mañana y no paró. En la tarde volvió el granizo. Y después de un rato de estruendo alguien entra en un baño caliente y escucha cada una de las gotas que intentan entrar por la ventana, cada una de las canicas de hielo que amenazan con perforar el techo. Pasaron los minutos con normalidad, y algunos segundos después, descubrió en los golpes una melodía. Bien escondida, pero ahí estaba. En el instante en que fue revelada la canción, la tormenta empezó a disminuir notablemente. De granizo a gotas grandes, de gotas grandes a gotas pequeñas, de gotas pequeñas a llovizna, de llovizna a silencio, de silencio a calma.

2 comments:

uh uh uh said...

Y así Anna bajó de su arca con sus parejas de animales.

Anonymous said...

¿Y te quedaste con las ganas de seguir escuchando la melodía? ¿o lo que esperabas era la calma?

Me encantó esta entrada, ¡de verdad que te gusta la lluvia!

Te mando un besote, YO