Thursday, February 12, 2009

Doble

El sonido metálico y pesado solamente llegó a los oídos distraídos del perro que dormitaba en la banqueta aquella madrugada, que inmediatamente percibió el olor proveniente de la cloaca y huyó hasta no poder captarlo más. Jadeando estruendosamente, el responsable del movimiento de la coladera logró apoyar su cuerpo sobre sus antebrazos empapados y salir de ahí. El frío y, sobre todo, la incertidumbre lo hacían temblar de tal forma que apenas podía sostenerse en pie. Finalmente se rindió y cayó sobre el pavimento acompañado por un sonido húmedo y viscoso. Cerró los ojos con fuerza y tensó cada uno de sus músculos para evitar los escalofríos. ¿Dónde estaba?

Cuando tuvo la fuerza suficiente se sentó en la orilla de la banqueta gélida y tenuemente iluminada por la luz amarilla del farol callejero. Todavía temblando, metió una mano en el bolsillo y sacó una cajetilla de cigarros. Estaba empapada, y su contenido, completamente desecho, se había convertido es una especie de engrudo que, mezclado con la pestilencia de las aguas negras de las que había salido, era grotesco e insoportable. Con un sonoro resoplido azotó la cajetilla contra el suelo y enterró la cabeza entre sus manos húmedas y hediondas. Luego de unos minutos, buscó el nombre de la calle en la que se encontraba pero no lo reconoció al leerlo. No recordaba nada. El frío comenzaba a notarse en su piel, cada vez más azulada, pero a pesar de esto decidió deshacerse de la chaqueta y comenzar a moverse para no congelarse en medio de la nada citadina.

Al quitarse la pesada chaqueta divisó algunas manchas oscuras pegadas a sus brazos. La luz era tan escasa y su cerebro tan confundido que no supo de qué se trataba. Tomó una de las manchas entre sus dedos y la acercó a sus ojos, enrojecidos por el agua de las coladeras. Era una pluma negra. Con desesperación arrancó de sus brazos las demás que se le habían adherido y comenzó a caminar en la dirección que el sentido de la calle marcaba. Con forme se iba moviendo el frío iba desapareciendo, pero también se daba más cuenta de que las plumas negras no se habían pegado solamente en los brazos, sino en todo el cuerpo. Con trabajos las arrancó una a una mientras caminaba lanzándolas tan lejos como podía.

La humedad en su ropa disminuía y parte del olor se iba con ella. El amanecer estaba llegando y el cielo se teñía lentamente del gris contaminado de siempre. A esas horas ya había coches transitando por las calles y, poco a poco, las luces en las ventanas indicaban que los habitantes de aquel lugar estaban despertando.

Finalmente, reconoció su calle y caminó pesadamente hasta llegar a su cuarto, donde se desplomó sobre la cama deshecha y abultada. Pero algo no lo dejaba descansar; una punzada aguda en el costado derecho comenzaba a molestarlo. Se levantó sin ganas y dio dos pasos para llegar al espejo del cuarto de baño. Ahí se deshizo de la sucia y agujereada camiseta y soltó una exclamación de terror al mirarse en el espejo. Estaba herido, cubierto de rasguños y moretones y apenas se podía distinguir el tatuaje de su hombro izquierdo. Pero lo que más le preocupada era la llaga que se abría en su costado derecho. Instantáneamente se desnudó y entró en la regadera de agua helada soltando un grito de dolor. Al terminar vendó las heridas graves y cayó profundamente dormido.

Al despertar sintió la necesidad de salir, de tomar aire nuevo, de lanzarse desde la punta de su edificio. Y sumido en la más grande ansiedad abrió la ventana y saltó, armado con una chaqueta y una cajetilla nueva de cigarros. El aire de la noche recién llegada inundó sus pulmones y sus brazos se agitaban desesperados. El suelo llegó más rápido de lo que se imaginó, pero él no cayó.

4 comments:

F. said...

Hubiera sido espeluznante que, al final, cayera directamente en una coladera, jajajaja... Me gustó mucho.

Anonymous said...

¿¿¿qué sigueeeee??? ¡no nos hagas esto a tus fieles lectores!

Me encantóoo, me quedé picadísimaa!

Un besote, yo.

Anonymous said...

Wow!! se convirt`´o en un ser volador , seguro en un pájaro, pues tenía plumas. igual y sus heridas habian sido por habérselas arrancado. muy bontio me recodro un poco a Howl. ji ji seguro a ti también.

La hermana

Anonymous said...

yea!!!!!!!! esta bien pro. Me encantó. En especial que dejaste a cada quien armar el final que quisiera. Me imaginé también como la hermana que el personaje este es como howl de "el increhible castillo vagabundo" muchas gracias