Tuesday, September 23, 2008

Dedos largos.

-Nunca me había fijado; tienes los dedos muy largos.

Kube mueve la cabeza lentamente, asintiendo, mirando a través de la ventana empañada.

-Y también muy pálidos.

Kube ahora no hizo ningúna señal de haber escuchado el comentario de Brucilla.

-Déjame ver tu mano más de cerca, por favor.

Kube extendió el brazo y le tendió la mano a la niña.

-¡Ah! Estás helado, ¿no tienes frío?

Kube giró la cabeza para verla a los ojos y esbozó una sonrisa, que ella supo descifrar perfectamente.

Brucilla lo miró muy fijamente y con los ojos brillando.

Kube soltó la mano de Brucilla y acarició su mejilla causando que sintiera escalofríos y su piel se estremeciera. Sus dedos pálidos y largos eran tan helados que la niña sonrió bajando la mirada tímida.
Cuando separó sus dedos de la, ahora gélida, mejilla de Brucilla, tomó su mano con delicadeza y la puso contra el cristal empañado de la ventana, y acto seguido se levantó lentamente y salió sin hacer ruido.

2 comments:

Anonymous said...

No pensé que Kube tuviera los dedos fríos, me lo imaginé cálido y abrazable, tibio, calientito.

Mmmm ¿Brucilla se lo imaginaba frío o se sorprendió?

Un besote, yo.

Anonymous said...

Esos dos me recuerdan a cierta(s) relación(es) disfuncional(es) de la vida. Pero siempre lo disfuncional tiende a ser más lindo. Nadie quiere leer sobre una pareja estable que arregla sus problemas como gente madura.