Sunday, July 27, 2014

Mis casas


Cada vez que veo una casa sé que es mía. Todas lo son porque procuro mirar a través de todas sus ventanas. Así los cristales no se desperdician. También porque cuento las cosas que se apoyan en las paredes de distintos colores. Organizo los estantes lejanos que platican con los cables de afuera. Acaricio a los animales que me ven de regreso. Pedaleo las bicicletas estáticas, riego las macetas y le cambio el agua a los floreros. Estiro los manteles y me paro sobre las sillas (sin zapatos). Subo cada escalón corriendo, a veces con las yemas sobre la pared. En las cocinas, le soplo a la espuma del fregadero y relleno las ollas sucias con agua tibia. Muchas veces le bajo el volumen a las televisiones y recargo los pies en las mesitas del café (sin zapatos). Sacudo muñecas y enderezo letreros que cuelgan con nombres desconocidos y llenos de color. Miro con cuidado las carpetitas, los adornos de cerámica, las flores artificiales y cada cristal que cuelga del techo reflejando luces amarillas. Escucho las aspiradoras y licuadoras. La mayoría de los teléfonos suenan tres veces. Me gustan los fantasmas que viven dentro; andan por ahí con vasos en las manos, o se sientan a comer, o lavan los platos, o ven partidos de fútbol. Lo único que esquivo son las puertas, porque no las necesito. Todas las casas que veo son mías.

No comments: