"Creo que sí, no veo ninguna"
-¿Abrimos ya?- extremadamente ansiosa.
"¿Estás lista?"
- Sí.
"¿Segura? Para que funcione debes estarlo por completo."
-Sí, lo estoy. ¡Abre!
Y muy lentamente fue entrando la luz blanca otra vez, la puerta rechinaba de alegría y la niña dio un paso al frente. De la mano de Kube. Sonriendo secó una lágrima tan dulce que parecía miel cristalina y volvió la claridad.
Primera de Brucilla y Kube, luego de tiempo reparando en la oscuridad.
3 comments:
Qué belleza esa lágrima dulce.
Un besote, Yo.
¿Habrá que entender más de tu biografía diaria para entender estos posts? Sigue así, con tu estilo.
Miel cristalina, eso suena perfecto
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