Tuesday, May 22, 2007

Después de un tiempo

Al llegar ahí nos lo encontramos tan descuidado que daba pena; las hojas revueltas y secas cubrían todo el pasto largo y amarillento, las cortezas antes anaranjadas de las calabazas se empezaban a oscurecer y sus enrredaderas se encaramaban a las tablas despintadas de la puertecita verde con manija de plata. Lo miramos, todavía tomados de la mano, en silencio.

Nos acercamos, cada uno dando pasos lentos e irregulares, jamás pensamos que se fuera a derrumbar de esa manera, se veía tan... muerto. Pero para nuestra sorpresa, al irnos acercando algo iba cambiando, el césped ya no era tan amarillo cuando dimos cuatro pasos, las calabazas no eran tan oscuras al dar diez pasos y al tocar las ramitas quebradizas de las enrredaderas poco a poco fueron devolviéndose a su habitual vitalidad.

Nos miramos con una media sonrisa y uno de nosotros eligió un pequeño monte de pasto, ahora verde y ahí nos sentamos, junto a las calabazas, mirando el cielo... después de un tiempo de no hacerlo.

2 comments:

THE MAN HIMSELF said...

Sale Anyonya!.....prometo leerlo tan pronto tenga un tiempito ya que tu "Deutsch Lehrer" se ha vuelto uno de los hombres mas ocupados de Europa!...;-)

El Autor said...

Posees ahora el don de la vida, Flor de Luna?