"I've seen it all,
I've seen the dark."
-Björk & Thom Yorke
El cielo era azul, perfectamente azul, decorado con pequeñas nubes de lluvia que de vez en vez cubrían la luz del sol radiante. Bajo mis pies la arena húmeda se revolvía y colaba entre mis dedos, ansiosos mientras el majestuoso me invitaba a volver con él. Yo disfrutaba la brisa que me empujaba hacia adelante, casi sutil, y el vuelo de las aves sobre mi cabeza, y el sol mordiendo mis hombros. Finalmente, tomé su mano para repetir la danza de todos los días; juguetona y coqueta, hasta quedar cubierta completamente por su inmensidad. Con forme avanzaba, mis pies dejaban de tocar la arena revuelta y el agua se hacía más y más azul. Fue en el instante en el que mis dedos dejaron la arena por completo cuando sentí su presencia. El terror se apoderó de mi alma y yo quería ignorarlo, pero, sin poder evitarlo, crecía con las olas. Cada una más grande que la otra, más furiosa, más aterradora. Eso, lo oscuro, me miraba desde abajo, engolosinado con mi desesperación y desconcierto. La gente pasaba sin percatarse de lo que estaba ocurriendo, solamente yo vi la oscuridad dentro, la vi acechándome, esperando impaciente. Pero no duró mucho tiempo, aterrada y con gritos anudando mi garganta luché contra las olas para salir de ahí. El Mar mismo me sacó. Él supo algo que yo no; él sabe lo que hay ahí dentro. Y con un empujón violento, lleno de espuma suave, me alejé corriendo para ponerme a salvo. De nuevo en tierra firme. Lejos de lo oscuro.
1 comment:
El mar siempre puede ser menos oscuro...volví manzanna, del fondo del océano.
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