Monday, May 12, 2008

"Florilegio"

Dentro de mí hubo una vez silencio, uno muy largo y profundo. Era uno de esos que te hacen sentir una paz oscura y fría no deja nada más que vacío, y todos saben que el vacío es frío.
Hubo una vez ese silencioque me invadió de pronto, sin decirme cuándo, ni dónde no mucho menos porqué; solamente vino, duró un rato, lo suficiente para darme cuenta de que me gustabay luego partió, abriéndole la puerta al color rojo, al naranja, amarillo, dejando entrada a los sentimientos y al calor, pero sobre todo: al ruido.
Alguien me llamó sin palabras y al girar la cabeza me encontré con esa conocida mirada oscura y me invitó a caminar sobre su arenal. Yo no lo pensé mucho tiempo y acepté la invitación, mirando cómo los dedos de mis pies se hundían muy poco en aquella arena fina haciéndome cosquillas, y sonreí arrastrando mi sobra proyectada detrás de mí.
Nostalgia preciosa, que me visita de vez en cuando para irla tomando de trago en trago y sorprenderme en cada uno. El primero siempre es salado, pero con forme el vaso de cristal delgado se va vaciando la dulzura invade mis sentidos, hasta convertirse en una ligera y sutil miel rosada que me embraga son tan solo sentir su olor. Pero cuando llega el momento en el que ya no quiero terminarla el último trago trae consigo un alivio que nunca pude explicar; unas ganas de abrir los ojos y seguir, seguir siendo, seguir bebiendo, seguir juntando, seguir sonriendo, seguir suspirando.
Me miré después de un rato en el espejo, ésta si sería la última vez (lo pometí). Y ahora, el vestido largo y suave había desaparecido, había vuelto a cambiar (de una pijama vieja a una toga blanca, de la toga blanca a un vestido raído y negro, del vestido negro a una falda gitana, de la falda gitana a un vestido anaranjado, suave y sedoso) y ahora el resultado me sorprendió aún más. No era algún disfraz muy elaborado, por el contrario. Me sorprendió sentirme tan cómoda, me sorprendió que me gustaba, me sorprendió que esa era yo; botas de hule, pantalones rotos, playera estampada y abrigo corto y negro, el pelo alborotado y largo, todo en orden, todo en su lugar. Así me gusta (no poqrue las pasadas estuvieran feas, sino porque así soy yo). Así me quedo (y no me voy a volver a ver en el espejo un buen rato).

2 comments:

Anonymous said...

¡Híjoles! dices muchas, muchas cosas... pero en serio muchas, muchas...y qué hermoso final: ERES TÚ! WOW... te felicito, está muy padre esta entrada!!

El Autor said...

Siempre eres bienvenida en mis eternas playas de arena negra.