Será cuando la luna turca esté iluminada y Venus la acompañe por debajo. Será cuando el agua de la fuente se seque y de mi prisión pueda salir. Será cuando las lágrimas se vuelvan dulces, cuando mi postura cambie. Será cuando aquel lunar se desvanezca y aparezca dentro de tu puño al despertar. Será cuando mis manos se hagan suaves y el brillo en esa media estrella no dude en regresar... entonces será: que nos volvamos a encontrar.
2 comments:
Yo sé que las lágrimas si pueden volverse dulces, lo he vivido... mucho misterio y esperanza conlleva este texto... muchas interrogantes...¿será?
Me gusta, me gusta, una profundidad admirable...
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