Cargas el universo entero sobre tu espalda. Constelaciones, galaxias y singularidades. Cada paso que das modifica el cosmos; como cuando en un mismo día llueve y sale el sol, todo al mismo tiempo.
Llevas el océano entero contigo. Continentes, historia y peces errantes. Cada mirada que anclas deja ver las olas verdes que se desbordan, se escapan, empapan; como cuando se mira el horizonte desde la arena seca y aún así llega el agua sorpresiva que arranca cámaras, zapatos y risas.
Tienes el tiempo atado a tus pies. Si quieres corre, si quieres se frena, si quieres no existe; como cuando el camino es tan hermoso que por un momento el destino no es tan importante.
Tu voz es un péndulo que se mece y abre oídos y crea silencios; como cuando un libro se roba las horas y, sin darte cuenta, vuelve a amanecer.